En torno al arroyo Arerunguá se extiende un paraje de gran importancia histórica y ecológica, llamado Potreros de Arerunguá o, simplemente, Arerunguá. Ocupa una vasta extensión (más de 180 mil hectáreas) en la zona centro-norte del país, entre los departamentos de Tacuarembó (donde nace el arroyo) y Salto (donde desemboca, en l Río Arapey).
Aunque menos conocido que otros sitios históricos, Arerunguá ha tenido un valor fundamental en la historia del país. Se trata del último refugio de las familias charrúas en Uruguay durante la conquista española, hasta la Matanza de Salsipuedes en 1831, que significó su exterminio. Según algunos historiadores, Arerunguá fue uno de los lugares donde permaneció el prócer José Artigas durante sus “años en el desierto”, entre los 14 y 33 años de edad, donde se indaga que podría haber tenido un hijo con una mujer charrúa, conocido popularmente como “El Caciquillo”. Más tarde, durante la Gesta Artiguista, el prócer eligió este territorio como centro de operaciones del Ejército Oriental. Por eso, se considera a Arerunguá como la cuna de la “orientalidad” y de la identidad de Uruguay como nación.
Los amantes del ecoturismo encontrarán muchas bellezas naturales para explorar. En Arerunguá predomina el ecosistema de pradera, con una gran diversidad de especies de flora y fauna. En este sitio se desarrolla un importante Proyecto de Producción Responsable del Ministerio de Ganadería. Es, además, una zona de conservación del Venado de Campo, declarado Monumento Natural, en una experiencia reconocida a nivel internacional.
Es posible llegar a Potreros de Arerunguá desde Salto por la Ruta 3, continuar por la Ruta 31 y en el kilómetro 238 tomar el camino vecinal que conduce a los pueblos de la zona. Desde Tacuarembó, se accede por el kilómetro 174 de la Ruta 26.
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