Como toda la costa rochense, La Paloma se viste de fiesta en verano. Entre diciembre y marzo es la temporada alta del balneario, con picos de visitantes durante la primera quincena de enero y la semana de Carnaval. El verano es perfecto para la playa: promedios de temperatura de 28ºC y vientos protegidos por el Cabo Santa María. Cuando de un lado de la playa hay vientos fuertes, del otro están calmos, lo que brinda olas para todos los gustos.
Gracias a las corrientes de agua cálida que llegan del Golfo, la temperatura del agua en verano es agradable, con una media de 21ºC. Esto convierte a La Paloma en un rico punto pesquero, donde incluso los pescadores principiantes pueden obtener su recompensa al tirar la caña en la orilla.
En verano se concentra la movida del balneario, con los alojamientos a pleno, los comercios abiertos todos los días y las playas colmadas de turistas. El resto del año, La Paloma es un lugar sereno y poco habitado, con un encanto diferente. Varios turistas optan por visitar el destino en los meses de otoño o primavera, cuando el clima todavía es ameno pero se ve muy poca gente en las playas y en el centro de la ciudad, ideal para quienes buscan un verdadero descanso.
En invierno las temperaturas son muy bajas (entre 7 y 15ºC promedio) y varios operadores cierran sus servicios, pero se pueden pasar inolvidables fines de semana haciendo paseos románticos o desconectándose de todo. El invierno es la época del avistamiento de ballenas, pingüinos y lobos. Hay muchas ofertas de alojamiento para la temporada baja y algunos restaurantes abren todo el año.