Sereno y verde, Marindia es un refugio agreste en la Costa de Oro, un tesoro escondido a minutos de los destinos más populares como Atlántida (a cinco kilómetros) o Salinas (al lado, a un kilómetro). Es un lugar ideal para los que buscan pasar veranos lejos de las multitudes, o descansar un fin de semana en contacto con la naturaleza. La población estable de Marindia asciende a los 700 habitantes, por lo que hay algunos servicios básicos complementados por la infraestructura comercial de Salinas.
Qué ver y qué hacer en Marindia
La playa de Marindia se extiende a lo largo de dos kilómetros de arenas doradas y limpias, con un mar verdoso de olas mansas. El banco formado a diez metros de la costa hace que sea una playa segura para ir con niños, que disfrutan juntando piedras en la orilla. La costanera está enmarcada por abundantes pinos y acacias, que dan un tono más silvestre al paisaje y permiten refugiarse del sol al mediodía.
La pesca es muy disfrutable en la zona limítrofe entre Marindia y Salinas, donde siempre se pueden ver aficionados pescando con trasmayo o caña. La pureza del aire se respira a pleno caminando entre las calles de balastro, sombreadas por cipreses, palmeras butiás y aloes en flor. Los vecinos realmente se preocupan por mantener el entorno limpio, preservando la riqueza ecológica del balneario.
Además de las diferentes especies de flora, los ecoturistas tienen la posibilidad de avistar diversas aves por todo el balneario. Recientemente los pobladores han recuperado el Parque de los Pájaros en el Zanjón (una zanja natural de 15 metros de profundidad), donde habitan picaflores, chingolos, dorados, chiricotes y otras variadas especies.
El centro social y recreativo del balneario es el Club Marindia, frente a la playa. Los que quieren un poco más de movimiento (sobre todo a la noche) pueden caminar unas diez cuadras hasta el centro de Salinas, donde en verano son frecuentes los espectáculos en la principal, o conducir cinco minutos hasta Atlántida, el foco nocturno de la Costa de Oro.