Montevideo está situada en la zona sur del Uruguay, mirando a la costa del Río de la Plata, por lo que se encuentra bordeada por una franja costera de más de 30 kilómetros de largo, desde Santiago Vázquez hasta Carrasco. De esta costa, un gran tramo cuenta con una avenida costanera que comienza a la altura del barrio Capurro y termina en el barrio de Carrasco. Esta costanera conforma la clásica Rambla de Montevideo, un paseo tradicional para los locales y fascinante para los turistas.
La Rambla se divide en distintos tramos que adoptan nombres diferentes. Ordenados de oeste a este, los tramos de la rambla son: Baltasar Brum, Sudamérica, 25 de agosto, Monteverde, Francia, Gran Bretaña, Sur, República Helénica, República Argentina, Presidente Wilson, Mahatma Gandhi, República del Perú, Armenia, República de Chile, O’Higgins, Coimbra, República de México y Tomás Berreta.
La historia de la Rambla de Montevideo
La Rambla fue concebida como un balcón hacia el mar, para un verdadero disfrute de las costas de la ciudad. Su construcción se hizo en diversas etapas de la historia del país. Algunos tramos se construyeron rellenando playas, como el caso de las desaparecidas playas Santa Ana y Patricios que se encontraban entre la Playa Ramírez y la bahía del Puerto de Montevideo. Para la construcción de este tramo se realizó un muro de contención en hormigón, el cual refuerza el terreno, evitando el deslave del borde costero.
Algunos tramos de la rambla poseen especial belleza, ya que en su recorrido podemos encontrarnos con los más variados ejemplos de la arquitectura urbana de Montevideo, incluyendo plazas, edificaciones modernas y antiguas y espacios creados especialmente para realizar actividades sobre la costa, como la pista de patinaje que se encuentra cerca del Parque Rodó, o la pista de skate, junto al Puerto del Buceo.
Otro de los mojones que encontramos en el recorrido es el parque de diversiones del Parque Rodó, paseo destinado a la recreación de la familia. El Campo de Golf, situado junto al parque de diversiones, es visita obligada de los amantes de este deporte.
Debido a todas estas cualidades, la rambla es uno de los paseos más tradicionales durante todo el año, y el punto de encuentro obligado durante los meses de verano, en los que se puede disfrutar de sus excelentes playas de arenas blancas y aguas tranquilas.