Alejada del centro del balneario, entre la Playa de los Botes y el Parque Nacional de Santa Teresa, la Playa Grande ofrece un paraíso de naturaleza y tranquilidad en Punta del Diablo. Su belleza natural e intacta es un deleite para quienes buscan calma, aire puro y atardeceres deslumbrantes. Aquí las dunas de arena se funden con los pastizales del Parque de Santa Teresa.
Sus aguas, habitadas por algunos delfines que juegan cerca de la orilla, presentan una mezcla de corrientes mansas y turbulentas, lo cual las hace atractivas para surfistas durante todo el año. Sus olas no son tan bravas como las de la Playa de la Viuda, por lo que es un escenario apto para quienes apenas se inician en el surf. Los surfistas experimentados, por su parte, disfrutarán de un ámbito aislado y alejado de las multitudes.