La belleza natural de Punta Ballena guarda tesoros no imaginados para quienes solo conocen las playas animadas de la Península. Entre esos tesoros están Las Grutas, un conjunto de cuevas que el mar formó entre los acantilados. Las Grutas adquirieron gran popularidad en el sesenta y setenta, cuando la caverna más amplia fue transformada en una boite de lujo. Hoy los laberintos rocosos se preservan en estado natural, pero se peuden ver los vestigios de aquel antiguo boliche.
Las Grutas se ubican en el kilómetro 123 de la Ruta 12. Hay que seguir un camino bien señalizado que conduce a la Playa Las Grutas, enmarcada por las rocas y cuevas. Es una linda playa, amplia, con piedras y caracoles sobre la arena. Las gaviotas y los pescadores son visitantes frecuentes.
Una escalera de piedra lleva a lo alto del acantilado, desde donde se aprecia una vista espectacular de la Bahía de Portezuelo y, hacia el otro lado, la Península. Ingresando a las grutas desde la playa, sobre la derecha, se escucha amplificado el sonido de las olas. En la punta hay una mini-playa con piscinas de agua salada entre las rocas.
Allí mismo está la entrada a la gruta más famosa, donde se encuentra la estructura de la antigua discoteca, con su barra y escaleras aprovechando los recovecos naturales. A la derecha de la antigua boite hay otra conocida cueva usada por los pescadores para dormir.
Hoy el terreno es propiedad de herederos de la familia Lussich, y no hay construcciones en el predio. Aunque podrían estar mejor preservadas (hay zonas inhabilitadas por peligros de derrumbe), el paisaje de Las Grutas es uno de los panoramas más exóticos y sorprendentes de Punta del Este, y vale la pena acercarse en cualquier época del año, siempre respetando los carteles de advertencia de la Intendencia de Maldonado para evitar cualquier tipo de accidente.
Muy cerca de Las Grutas comienza la conocida playa El Chiringo, un lugar tranquilo pero con una movida interesante gracias al parador que allí se encuentra. Protegida por la Sierra de la Ballena, es una playa poco ventosa y es más concurrida de mañana, ya que de tarde el sol se oculta rápido tras la ladera.