Agreste y solitaria, la Playa Chihuahua ya había sido descubierta por los naturistas en la década del sesenta. Pero el lugar no fue autorizado oficialmente para el nudismo hasta el 2000, cuando la Intendencia de Maldonado y el Ministerio de Turismo lo decretaron como zona de nudismo opcional. El balneario empezó a crecer turísticamente, las posadas comenzaron a emerger y hoy más de tres mil personas visitan la playa diariamente durante la alta temporada. El naturismo y el turismo gay friendly han hecho de Chihuahua su punto de encuentro estival en la región. Sin embargo, el balneario sigue conservando ese aire silvestre y tranquilo que tanto atrajo a esos primeros naturistas hace cuarenta años.
Atracciones, alojamiento y ecoturismo en la Playa Chihuahua
Chihuahua queda a la altura del kilómetro 115,5 de la Ruta Interbalnearia, a solo 5 minutos del Aeropuerto de Laguna del Sauce y a 15 del centro de Punta del Este. La entrada está bien señalizada y el acceso en coche es muy fácil, con un camino en buen estado que lleva directamente a la costa, a apenas un kilómetro de la Interbalnearia. Allí se encuentra la bajada principal a la playa, aunque en realidad no hay bajadas instauradas como en otros balnearios: solo hay que atravesar unas pequeñas dunas para estar al lado del mar. La vista en la playa es espectacular: por un lado la barra del Arroyo El Potrero, por otro, Punta Ballena coronada por la reluciente Casapueblo. Son 200 metros de arena dorada sobre la bahía azul de Portezuelo.
Los servicios son básicos pero de calidad. Al entrar al balneario hay un almacén sencillo que podría estar en cualquier pueblo del interior. Desde la entrada la naturaleza nos envuelve: mucho verde, mucho sonido de pájaro, casas desperdigadas entre los árboles. Hay casonas rústicas, de piedra, mezcladas con enormes residencias de líneas minimalistas, con grandes ventanales hacia el mar. Muchos terrenos a la venta anuncian el crecimiento de la zona, que si bien ha dejado de ser un secreto costero, preserva el aire íntimo y aislado que buscan quienes vacacionan allí. Sobre la costa hay miradores instalados por las inmobiliarias para que los posibles propietarios aprecien la vista que tendrían desde sus terrazas.
La oferta de hospedaje ha crecido y se ha diversificado, siempre mantieniendo la exclusividad que caracteriza a la zona. Las posadas no son muchas, pero ofrecen esa combinación perfecta entre sencillez y distinción. Algunos alojamientos son naturistas, como El Refugio, la primera posada en instalarse en Chihuahua, atendida por sus propios dueños. Para los que buscan más glamour, hay hoteles nuevos como el gran Chihuahua Resort, también nudista, con lujosas propuestas de ocio. Ambos establecimientos abren todo el año, dando abrigo a los que buscan un escape de fin de semana para desconectarse de todo y recuperar energías. Otras confortables opciones de hospedaje son la Posada La Chihuahua (gay friendly), o las cabañas Tío Tom. A estas propuestas se suman las elegantes residencias en alquiler.
En verano hay algunas fiestas especiales durante el atardecer y la noche, aunque los veraneantes de siempre suelen apreciar más el silencio nocturno. Quienes opten por salir a tomar algo tienen el colorido restó-bar Mulata, con cocina de autor, o el bar de playa Explora, frente al mar.
Naturismo y naturaleza van de la mano, por lo que en Chihuahua sobran las propuestas para los amantes del ecoturismo. En el Arroyo El Potrero, que bordea el balneario, viven cigüeñas, garzas, patos, cisnes y otras aves que llenan el ambiente de sonidos relajantes y ofrecen un espectáculo para el birdwatching. Las caminatas y los paseos en bici son actividades clásicas por los senderos del balneario.
La playa y los bosques están perfectamente preservados, gracias al esfuerzo de la Asociación de Naturismo de Uruguay y su permanente cuidado del medio ambiente. El código de ética naturista exhorta a contribuir con la limpieza de la playa, no practicar actos obscenos, mantener el respeto entre los veraneantes y no fotografiar a terceros sin su consentimiento. La Playa Chihuahua no es un lugar para curiosos: aunque el nudismo no es obligatorio, quienes la visitan deben respetar este entorno dedicado al naturismo como forma de vida en contacto directo con la naturaleza.